rayos negros en el aire
cabellos que destellan
como flechas en el cielo
correrías en el alba,
cazadores al acecho,
corazones palpitantes
cual tambores en el pecho.
sus manos poderosas
tan rápidas y silenciosas,
su mente de salvaje
estratega incansable
acorralan a la presa
y culmina la tarea
cánticos de alegría
¡alborotan a la aldea!
a un amigo que jamás podré conocer...
lunes, 22 de junio de 2009
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